El sábado pasado fue un día ocupado. Pasé la semana trabajando en un caso particularmente difícil, así que admito que estaba exhausto desde el comienzo. El fin de semana trajo las vueltas usuales y juegos de fútbol (con zapatos perdidos y la falta de parqueo), y muy pronto me encontré cerca del fin de mi cuerda proverbial. Al salir del carro, dejé caer mis llaves, billetera, botella de agua y una camisa extra, lo que me provocó decir una serie de palabras que generalmente están reservadas para momentos privados lejos de mis hijos. En medio del caos, mi hija pequeña se acercó y puso su mano en mi cara. “Está bien, papá. Yo te ayudaré”. Y así, mi mundo estaba bien de nuevo.
Para los padres, los niños son literalmente el centro de nuestro universo. Nos exaltamos en sus altibajos y simpatizamos con sus puntos bajos. Rebosamos de orgullo por sus logros más pequeños y pasamos noches sin dormir preocupándonos por su futuro. Asistimos a sus eventos deportivos y actividades escolares, y trabajamos duro para asegurarnos de que sean felices, saludables y de que tengan las mejores vidas posibles.
Y más importante, nos esforzamos por protegerlos y mantenerlos a salvo.
Desafortunadamente, no siempre podemos lograr eso.
En mi práctica legal, veo el dolor de los padres que están lidiando con las consecuencias de una lesión o un daño a su hijo. Esta es una de las cosas más debilitantes con las que un padre puede lidiar, y lidiar con los costos médicos y otras cosas agrega insulto a la lesión. El dolor emocional es abrumador y los costos asociados con una lesión aumentan la carga.
Los niños pueden enfrentar lesiones en una multitud de situaciones. Los accidentes automovilísticos, la asfixia, el ahogamiento, el envenenamiento, las quemaduras y las caídas son las principales causas de lesiones en los niños. Pueden hacerse daño en la casa, escuela, tienda e incluso en el consultorio de un doctor. Los productos defectuosos o sustancias peligrosas también pueden causar daños a nuestros hijos. Una de las situaciones más agonizantes es el abuso sexual de nuestros hijos, a veces causado por aquellos en quienes confiamos: maestros, entrenadores, ministros, doctores, dentistas u otros.
Los padres que están luchando con un niño lesionado necesitan poder enfocarse en el niño, no en el lado legal de recuperar las pérdidas financieras causadas por el culpable. Nuestro equipo de Frankl Kominsky Injury Lawyers le quitará la carga legal y le permitirá enfocarse en su hijo durante este momento difícil. Entendemos la delicada situación en la que se ve involucrado un niño y lucharemos para obtener una compensación y, a la misma vez, protegemos a su hijo de daños adicionales causados por un proceso legal difícil. Esencialmente, actuaremos en su nombre y le permitiremos atender a su familia.
Si su hijo ha sido lastimado física, emocional o sexualmente por otra persona, llámeme hoy para una consulta gratuita al (855) 800-8000 o complete nuestro formulario en línea. Nuestro equipo habla español y creole, así que no permita que el idioma sea una barrera para su llamada.
Nuestros hijos son nuestros mejores regalos. Cuando alguien es agraviado, nos lastima a todos. Si su hijo está sufriendo, llámame y hablemos de cómo puedo ayudarlo.